La plagiocefalea es una deformidad craneal o alteración del crecimiento de la cabeza del bebé que se desarrolla durante los primeros 6 meses de vida. La causa más importante se debe a que el bebé pasa demasiadas horas acostado en la misma posición y esto facilita que la bóveda craneal se deforme fácilmente ya que en los primeros meses de vida es blanda. De esta manera, cuando la cabeza empieza a aplanarse de un lado, el bebé se encuentra más cómodo apoyándose siempre en ese lado, y adopta a menudo esta misma posición (llamada posición confort) y así, poco a poco se puede producir una deformidad realmente importante. Prevenir esto es muy sencillo, pero se debe realizar lo más temprano posible ya que a una determinada edad puede llevar a graves trastornos.
Como sabemos, es básico que el bebé duerma boca arriba, SIEMPRE, puesto que es la única posición que se ha evidenciado que disminuye la frecuencia de aparición de una muerte súbita (no se recomienda el dormir de la lado, ni mucho menos hacia abajo).Esta posición boca arriba no se ha relacionado con aspiraciones, pero si con una mayor frecuencia de plagiocefalea, sino tenemos las mínimas precauciones.
Estas precauciones son que vayamos rotando la posición de la cabeza a ambos lados (derecho e izquierdo) desde el nacimiento siempre que los manipulemos, por ejemplo aprovechando al realizar los cambios de pañal ó cuando les cogemos para darles de comer. Así el bebé no adopta una sola posición confort, y se evita la aparición de la plagiocefalea. A veces los niñ@s se mueven y les cuesta mantener la posición deseada, por lo que han diseñado algunos cojines que distribuyen el peso de la cabeza en todo el cojín, evitando que este peso recaiga siempre en la misma zona, previniendo así la aparición de la plagiocefalea. Generalmente los niñ@s tiende a mirar siempre hacia el mismo lado de la cuna, ya sea porque los padres duermen a ese lado, o porque le gusta observar la ventana o algún detalle en particular, en estos casos es aconsejable que combine la posición del bebe en la cuna (la cabeza cada noche en un lado diferente de la cuna a lo largo de ésta), para que de este modo para seguir mirando lo que quiere tenga que alternar la orientación de la cabecita.
Además de estos cambios posturales del bebé cuando duerme, hemos de intentar que cuando esté despierto lo coloquemos a ratitos boca abajo ya a partir del primer mes de vida (entonces ya tienen un adecuado sostén de la cabeza). Esto lo llaman los angloparlantes “tummy time”, y consiste en poner al bebé en posición boca abajo, sobre el pecho del padre o de la madre, en la cama o en una superficie cómoda, durante el tiempo de juego vigilado, podemos ayudarles colocando una toalla enrollada debajo de su pecho. De esta forma desarrollaremos sus capacidades motoras, reforzaremos su capacidad muscular y es una manera de prevenir la deformidad craneal. A medida que vaya desarrollando fuerza muscular podrá jugar más tiempo en esta posición.
En las revisiones con su pediatra y enfermer@ pediátrico estos disponen de sencillos aparatos para medir las posibles deformidades craneales y, si es el caso, les podrán proporcionar más consejos sobre cómo prevenir esta deformidad, o los ejercicios para tratarla si se presenta. Actualmente, con una buena prevención y tratamiento precoz mediante determinados ejercicios y/o los cojines correctores, es excepcional la necesidad de aplicar los cascos ortopédicos, que de todos modos nunca están indicados antes de los 5-6 meses de edad.
Agradecemos al Dr. Joan Bosch (pediatra de EAP Rambla, St. Feliu de Llobregat), Dr. Josep Maria Costa (Jefe de Servicio de Neurocirugía de l’Hospital Sant Joan de Deu), y al Sr. Verde, la magnífica sesión sobre este tema que nos impartieron en La Seu d’Urgell el pasado 13 de abril, y que ha motivado la realización de este artículo.
