Pediatria dels Perineus
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El chupete, ¿bueno o malo?

28/06/2013

El chupete se llama en inglés "pacifier", que significa pacificador, ya que se refiere a un objeto que tranquiliza y calma. Ese es justamente  el objetivo del chupete y con ese propósito la mayoría de los padres empiezan a introducir el chupete en la vida cotidiana de los bebés. Sin embargo, no podemos ignorar que todo proceso artificial que introduzcamos para modificar el comportamiento de los niños tiene ventajas y desventajas. En general, la necesidad de succionar del bebé es más fuerte durante los primeros meses de vida. Llevarse las cosas a la boca es la manera que tienen los bebés de aprender y descubrir su mundo. Con o sin el chupete, el bebé descubrirá rápidamente que sus propios dedos y manos son buenos para chupar.

Existen varios motivos por el cual se suele introducir el chupete:  

  • Primero, para regular el horario de alimentación y sueño de los niños. Durante las primeras semanas de vida, los niños alimentados al pecho no tienen horario y comen con más frecuencia, a intervalos cortos de tiempo o duermen mucho, y lloran más durante la noche que durante el día.
  • Segundo, para disminuir los dolores y el llanto que produce el cólico del lactante, sin saber que el cólico tiene mucha relación con la producción de gas en el intestino, y que el chupete puede favorecer que el niño trague más gas. Está demostrado que los bebés con cólico no mejoran con el uso del chupete.
  • Tercero, para evitar que el niño adquiera el hábito de chuparse los dedos, lo que apenas es un paliativo porque cuando queremos quitarles el chupete, muchos niños empiezan a usar el dedo.

Ventajas e inconvenientes del chupete

Las recomendaciones del chupete a corto plazo para tranquilizar a nuestro bebé se puede aconsejar, ya que la succión es una manera de relajarse, aunque lo hagan con o sin chupete. Algunos estudios mencionan que podría ser un protector del síndrome de muerte súbita del lactante pero no esta claramente demostrado.

Si se introduce hay que hacerlo después del mes de edad, cuando la lactancia materna esté bien instaurada y así no generar confusión entre el chupete y el pezón de la madre. Y conviene suspender su uso antes de los 10 meses, y siempre usarlo por periodos muy cortos de tiempo, como por ejemplo antes de la hora de comer o antes de dormir y obedeciendo a una estricta limpieza con agua y jabón, algunos padres tienen la costumbre de chuparlo y volverlo a dar al bebé y con esta acción pasamos microorganismos presentes en la boca al bebe pudiendo favorecer a infecciones.

En todo caso, en lugar del chupete se puede tranquilizar al bebé con otros métodos como cantar, frotar o masajear su cuerpecito.

En cuanto a su seguridad debe comprobarse que el chupete sea de una sola pieza, tenga sus bordes redondeados, una anilla o pasador que permita extraerlo de la boca, una tetina menor de 3,3 cm., una base de al menos 4,3 cm. con orificios laterales para facilitar la respiración (antiahogo) y sea flexible para evitar roturas .Por otra parte el chupete ha de adaptarse a la boca del bebé provocando su mínima apertura, no debiendo ejercer presión alguna sobre el paladar y adaptarse a la forma de la lengua.

Respecto a la forma de la tetina los hay de diferentes formas y tamaños. Aquellos de forma “anatómica” imitan la forma del pezón y se adaptan mejor a la anatomía de la boca del bebé. Los de forma de “cereza” o de forma esférica son más clásicos y por su gran volumen pueden causar ciertas malformaciones. Es importante señalar que la base de la tetina impacte lo menos posible sobre la boca y mandíbula del bebé y que propicie  a la colocación correcta de la lengua. Recomendamos el material de silicona al de látex, son de material blando y elástico, no absorben los olores ni los sabores, siendo suaves al tacto, transparentes, fáciles de limpiar y no se deforman ni decoloran a pesar de su uso continuado.

Insistimos en aconsejar que el chupete no se retire demasiado tarde. Lo recomendable sería antes de los 10 mees, como hemos comentado, pero nunca deberíamos mantener el chupete más allá de los 2 años de edad. A corto plazo no crea ninguna dificultad en su desarrollo, pero el uso continuado del chupete crea un hábito y cuanto más lo usan más lo quieren. Es recomendable que a partir del año y medio, los bebés empiecen a usar el chupete sólo para dormir, ya que a partir del año o el año y medio, la necesidad natural de chupar de los niños disminuye, a medida que ganan en autonomía e independencia. En esta etapa, los bebés viven un intenso proceso de evolución hacia un desarrollo superior, son más activos en general, pero el chupete continúa siendo una herramienta que les ayuda a relajarse. A los dos años de edad, el niño utiliza el chupete como un juguete para succionar. Olvidarse del chupete antes de los 2 años, evitará que el bebé recurra a los dedos como elemento de sustitución. La utilización del chupete por encima de los dos años puede dar lugar al desplazamiento del maxilar superior hacia delante (comúnmente llamado protrusión o mordida abierta) lo que da lugar a que al cerrar la boca los dientes superiores no coincidan con los inferiores pudiendo ello repercutir posteriormente en la masticación y en la pronunciación.

Para quitar el chupete a tu bebé, podéis seguir los siguientes consejos:  

  1. Cambiar el chupete por vasos para sorber, que fomentan el desarrollo de la coordinación entre la vista y las manos, y ayudan a poner fin al hábito del chupete.
  2. Hablar con el niño y recordarle que ya es mayor, que ya va a la escuela y que no necesita chupete. Contarle el plan de dejar el chupete, no esconderlo para no aumentar su enojo o frustración.
  3. Poner metas al niño, como por ejemplo, que use el chupete solamente para dormir, y premiarle por conseguir esas metas.
  4. La reafirmación positiva funciona bien con los niños de más de un año. Así que elogiad a los hijos cuando se comporten como un niño mayor. No lo castiguéis, recordad que siempre funciona mejor el refuerzo positivo que el negativo.
  5. Daros tiempo para que el hijo abandone el hábito del chupete, mejor ir poco a poco. Eligir el mejor momento para él, siempre en una situación tranquila y relajada, que no coincida con cambios importantes en su vida o en la vida familiar que puedan afectarle.

 Más información en:

Dra. Tatiana Valencia

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